Los mejores consejos para iniciarse en el BDSM

¿Has sentido curiosidad alguna vez por el BDSM? Si quieres iniciarte en este mundo tan divertido que explora la sexualidad desde otro punto de vista, te vamos a mostrar en esta guía completa todos los consejos y recomendaciones para empezar con tu pareja en el BDSM y pasártelo en grande.

BDSM, ¿qué es?

Cuando se habla generalmente del BDSM se tiene un gran desconocimiento de lo que conlleva esta práctica sexual, ya que no se trata de una actividad exclusiva o que se enfoque en una acción, sino que hay muchos más rangos, siendo infinitas sus posibilidades, por lo que podrás acogerte a la que más te interese, pudiendo ir desde las más leves o básicas, hasta aquellas que suponen un rango mayor de experiencia y de curiosidad.

Las siglas de BDSM provienen de las palabras bondage, disciplina, dominación, sumisión, sadismo y masoquismo. Quizás a una persona le encanta el bondage, pero no permite ni la dominación o la sumisión, o incluso hay personas que adoran la dominación y el sadismo, pero no les atrae las otras categorías, por lo que hay muchas variables en esta práctica.

Las categorías básicas o más practicadas del BDSM son cuatro, según nos cuentan los expertos de Diversual.com. La primera de ellas es el Bondage. Hablamos de esta categoría usando la palabra francesa que define el cautiverio o la propia esclavitud. Las personas que les gusta el bondage suelen disfrutar atando a la pareja o viceversa, les excita que la otra persona tenga el control de la situación y que ellas no puedan moverse ni un solo centímetro. Los juguetes eróticos más comercializados en este sentido son las esposas, aunque también se puede comprar cuerdas o arneses, aunque incluso muchas personas usan tiras de tela o cuerpo que tienen por casa.

Otra de las categorías es la dominación, que incluye tanto la disciplina como la sumisión. La persona que cumple el papel de dominante va a ser aquella que ponga las reglas a los juegos eróticos, aquella que tiene el control absoluto de la situación que, si no se cumple, se debe de aplicar una disciplina. En estos casos la disciplina debe ser acordada anteriormente de la práctica, para evitar posibles momentos tensos o que ya salen del propio juego. En la disciplina se pueden realizar castigos para que la persona sumisa cumpla con su cometido. En algunos casos pueden ser juegos o acciones que debe de realizar, como ponerse en alguna postura que el dominante quiera, y en otras prácticas BDSM más avanzadas el castigo físico, entrando ya en las siguientes categorías.

Las dos últimas categorías son el sadismo y el masoquismo, las cuales poco hay que hablar de ellas. En el sadismo la persona dominante abusa o tortura de la sumisa, ya bien sea infligiendo daño psicológico, con palabras que desprecian a la otra persona, o por medio de sufrimiento físico, con azotes u otro tipo de daño. Por el contrario, el masoquismo es la excitación de una persona cuando recibe dolor físico o incluso en algunos casos, cuando le humillan o le someten, muy unido a la sumisión.

Recomendaciones para iniciarse en el BDSM

Aunque el BDSM se lleve practicando desde hace siglos, ha sido en los últimos años, sobre todo gracias a la salida a la venta de ciertos libros eróticos y también películas lo que ha hecho ver que se trata de una práctica que cualquier persona puede realizar, y que no está ligada a un perfil personal. Antiguamente cuando se pensaba en una persona que disfrutaba de la sumisión o del bondage tenía un perfil psicológico o una identidad social estereotipada, había muchos prejuicios al respecto, sin embargo, todo ha quedado en sacos rotos, viendo que cualquier persona de cualquier estatus social puede disfrutar del BDSM.

Lo que hay que tener en cuenta son varias recomendaciones, siendo una de las más importantes la del código de seguridad. En ocasiones puede ocurrir que el papel dominante y el sumiso lleguen al extremo en el que ya el placer no es tal y por lo tanto, hay que poner unas pautas para saber en qué momento se está jugando y en que momento se dice basta. Por lo general, es una palabra que hay que decir o una frase, consiguiendo de esta manera que se ponga fin al juego. Cabe destacar que no todo el mundo es igual de sensible al dolor, por lo que una persona puede aguantarlo y disfrutar de él, mientras que otra con un azote se siente herida o que no quiere seguir practicándolo.

Es aconsejable de igual modo, que en todo momento se vaya de menos a más, pero no en una sesión, sino en muchas más, para poder disfrutar del BDSM hay que tomarse su tiempo, ir poco a poco, conociendo a la persona con la que se está y de esta manera se llegará a conocer los límites de cada uno y si se decide, ir más allá o no.

Para realizar esta experiencia es aconsejable tener algo de imaginación y confiar en la otra persona. Si quieres ponerte a prueba y explorar tu sexualidad jugando de esta manera, es preferible que lo hagas o bien con tu pareja de hace tiempo o con alguien que sepa y tenga mucha experiencia en BDSM porque de lo contrario, podríais correr riesgos de sobrepasaros y que no os sintáis cómodos. Por otro lado, para una buena sesión es necesario estar bien equipado de todo tipo de juguetes eróticos como las esposas, fustas, máscaras, entre otos.

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