Las mejores estrategias para la resolución de conflictos laborales

A lo largo de nuestra vida pasamos una gran cantidad de tiempo en nuestro trabajo. Este suele ser un aspecto muy importante en nuestra economía, en la actividad diaria e incluso a la hora de alcanzar un sentimiento de realización personal. Aunque no lo es todo, el bienestar en el trabajo puede mejorar considerablemente nuestra percepción de las cosas y nuestra capacidad de disfrutar de nuestro papel en el mundo.

Por todo esto, los conflictos laborales pueden ser problemas que nos quiten el sueño y que nos resten calidad de vida. Están muy presentes y, cuando se desarrollan, hay que lidiar con ellos durante muchas horas a lo largo de nuestra jornada.

Por suerte, en estos casos, hay una serie de estrategias que podemos seguir para mejorar la situación o acabar con ella. A continuación, analizamos cuáles son y cómo puedes emplearlas ante los conflictos laborales presentes y futuros.

¿Qué son los conflictos laborales?

Los conflictos laborales son disputas, malentendidos o incidentes que tienen lugar en el ámbito de trabajo. Estos pueden ser más cotidianos, como las discusiones entre compañeros, o sucesos graves, como es el caso del acoso o el mobbing.

Se pueden dar de forma horizontal entre compañeros que cuentan con el mismo rango en la empresa, o bien con cierto desequilibrio cuando surge la tensión entre un mando superior y un empleado. En cualquier caso, por estar muy presentes en el trabajo, estos pueden crear un ambiente realmente incómodo e incluso afectar en el rendimiento laboral.

Hay cantidad de personas que se bloquean ante estos conflictos porque temen perder sus puestos de trabajo o que su posición en la empresa se vea afectada. Sin embargo, hay algunas estrategias eficientes que se pueden seguir para combatir este problema.

Estrategias de resolución de conflictos laborales

Te mostramos algunas estrategias interesantes que te pueden ayudar a abordar los conflictos laborales de una forma más efectiva y buscar las soluciones más adecuadas en cada caso particular.

Identificar correctamente el conflicto

El primer paso que se debe seguir en todo caso es la identificación del conflicto. Es decir, no basta con saber que algo está ocurriendo, sino molestarse en averiguar cuál es la raíz y la verdadera naturaleza del problema, algo que ayudará a encontrar soluciones más efectivas. Por ejemplo, si un compañero cambia su actitud, probablemente la realidad del conflicto no sea su cambio o tus malas formas actuales. Lo más habitual es que surja de algún suceso por el cual se ha sentido molesto o por el desgaste a la hora de realizar algún tipo de trabajo con el que no está satisfecho.

Emplear vías de comunicación adecuadas

La comunicación debe ser la primera opción a la hora de resolver cualquier tipo de conflicto tanto laboral como personal. Una forma de comunicación óptima puede arrojar mucha luz sobre la situación e incluso evitar que un simple malentendido se enquiste y se convierta en un conflicto insalvable. Para ello, es importante tratar de hablar frontalmente con las personas implicadas y de una forma asertiva, además de respetuosa. Es preferible evitar el contacto indirecto mediante mensajes escritos, emails o chats que pueden dar pie a la confusión o a la libre interpretación de los discursos, además, se pierde el lenguaje corporal y los matices.

Escuchar activamente otras opiniones

Cuando hay varias personas en un mismo conflicto laboral, es interesante escuchar a todas las partes implicadas para comprender mejor los puntos de vista y la raíz del problema. Esto es aplicable para las personas que están pasando por esta situación, pero también para los responsables o supervisores que desean encontrar una buena estrategia para solucionar las eventualidades en los equipos. Permite hacer una radiografía más exacta de lo que está ocurriendo y también que todos se sientan escuchados en igualdad de condiciones. Con esto, se abren vías de comunicación óptimas y se crea un clima más favorable para una resolución equilibrada.

Estudiar los pros y contras

Ante cualquier paso que se quiera dar para abordar el problema, es interesante hacer una evaluación de los pros y los contras. Poner sanciones, proponer un tiempo de descanso fuera del trabajo o formalizar una queja son pasos que pueden resultar efectivos o, por el contrario, empeorar el problema en determinadas circunstancias. Una lista ayuda a ver con claridad la determinación más apropiada.

Abrirse a las negociaciones

La negociación es clave para solventar los conflictos laborales y permite acercar posturas, así como proporcionar soluciones intermedias que resulten satisfactorias para todas las partes implicadas. Estar abierto a la negociación facilita mucho las cosas. Además, lo ideal es negociar de manera cercana, en persona y en un momento en el que no existan distracciones o prisas. Si es necesario, se puede contar con un mediador para ello.

Contratar un abogado si es necesario

Los conflictos laborales pueden ser de muchos tipos, y buena parte de ellos se pueden solucionar con estrategias de buena comunicación, empatía o procesos de negociación. Sin embargo, aquellos que corresponden con conductas graves y penalizables como el acoso sexual o el mobbing pertenecen a una categoría en la que las estrategias personales no tienen cabida. En estos casos es importante contar con abogados especializados en el ámbito laboral como AbogadosDuran, pues ellos pueden asesorar, orientar y tomar acciones legales en caso de que sea pertinente.

Velar por el bienestar particular

En cualquier caso, es importante el no perder de vista el bienestar personal en los momentos en los que surgen los conflictos laborales. La última estrategia es compatible con todas las demás y consiste en poner el foco de alguna manera y mientras dure el conflicto en la salud emocional y física particular. Tomarse un descanso si es necesario, solicitar unas vacaciones para desconectar o acudir a un terapeuta que nos ayude a mantener la mente fuerte es importante, pues todo esto será más relevante que el propio trabajo en sí. No conviene descuidarse y dejar que el desgaste laboral acabe con la salud.

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